El canciller Marcelo Ebrard aseguró que los problemas detectados en la Línea 12 del Metro corresponden a una falta notoria de mantenimiento en las vías y que ésta no cuenta con problemas estructurales, esto en respuesta al reportaje publicado el día de ayer por The New York Times, que asegura que dicho tramo presenta problemas de construcción y de soldadura de los pernos, como principal causa del desplome registrado el 3 de mayo pasado.

MILENIO publicó en su edición del 28 de mayo que la falla en la soldadura de las planchas de metal que sirven de soporte a las trabes por donde corren los trenes, ocasionada presuntamente por personal mal capacitado, provocó el calentamiento y, en consecuencia, el debilitamiento del metal, derivando en el colapso del tramo elevado. En ambas publicaciones, las soldaduras, de acuerdo con los expertos consultados están el centro de las sospechas en esta investigación. Además, en entrevista en MILENIO Televisión el 31 de mayo el ingeniero civil, Eduardo Ramírez Cato, señaló que las fallas de diseño, construcción y mantenimiento que causaron el colapso de la Línea 12 del Metro se evidencian en los pernos que unen las lozas de concreto con la estructura de acero en todo el tramo elevado.

Ayer en un documento revelado por el funcionario a través de su cuenta de Twitter, tras la publicación del diario estadunidense, Ebrard respondió 13 cuestionamientos del diario estadunidense, respuestas que, dijo, «fueron ignoradas por completo» por The New York Times. Una de las preguntas sobre si la Línea 12 contaba con problemas estructurales importantes como deformaciones anormales en los rieles, grietas en durmientes y soldadura deficiente, de acuerdo con un informe de la empresa ILF. Agregó que con relación al informe de inspección de ILF, «es falso que en éste se hayan encontrado problemas estructurales en la obra civil». Los problemas detectados en el sistema de vías, que es distinto a la estructura de la obra civil del metro —a saber: obra electromecánica u obra civil—, tienen como causa una “falta notoria de mantenimiento preventivo y correctivo, oportuno al sistema de vías y no errores en la construcción, como se puede constatar en el dictamen”, escribió el canciller. Ebrard señala que fue objeto de una «cacería política» por parte de «dos de los gobiernos más corruptos de la historia de México: el federal, del entonces presidente, Enrique Peña Nieto, y el de la ciudad, a cargo de Mancera». Señaló que la administración de su sucesor fue informada sobre los potenciales daños que podría sufrir la también llamada Línea Dorada en caso de un sismo de magnitud mayor a 7 y que antes esto se tendría que realizar una renivelación del tramo elevado y no únicamente “la reparación de las partes de la estructura que estaban dañadas”.

FUENTE: MILENIO